NOTAS AL SEGUNDO PROGRAMA DE LA XXIII TEMPORADA DE LA OCAZENIGMA

Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza «Grupo Enigma»  (OCAZEnigma)

Juan José Olives, director
Guillermo Pastrana, violonchelo

ENTREGUERRAS (1918-1939)

Sala Luis Galve del Auditorio de Zaragoza, lunes 19 de febrero de 2018. A las 20 horas

Programa
S. Prokofieff             Obertura sobre temas judíos
P. Hindemith           Kammermusik nr 3 para violonchelo e instrumentos solistas
E. Schulhoff             Suite für Kammerorchester
H. Eisler                   Fünf Orchesterstücke

                                                                                  

Sergei Prokofieff compuso su Obertura sobre temas judíos op. 34 en 1919, durante su estancia en los Estados Unidos. Escrita para clarinete, cuarteto de cuerda y piano, la obra fue encargo de un sexteto judío rusprokofiev_sergeio recién emigrado a América a raíz de la Revolución Rusa. Este grupo de músicos, que tocaban los mismos instrumentos que figuran en la Obertura, proporcionó a Prokofieff un cuaderno con canciones populares judías, que serían el origen de la pieza, si bien no deba considerase que los motivos empleados por el compositor sean, de hecho, una copia o un simple remedo de aquellas. La obra se estrenó a principios de 1920 con el mismo Prokofieff al piano.

La partitura, estructurada en un solo movimiento según la forma de sonata, presenta dos temas claramente contrastados en carácter, tempo e intención; rítmico el primero y más  lírico el segundo. Un pequeño desarrollo, basado sobre todo en el primer tema, da lugar a una exposición acortada que conduce a una pequeña pero decidida coda.  No con demasiado entusiasmo, Prokofieff realizó una orquestación (Op. 34b) escasamente conocida de esta pieza en 1934.

La Kammermusik nº 3 op. 36/2 para violonchelo y diez instrumentos solistas de Paul Hindemith (1895-1963) pertenece a la serie de Kammermusiken (Músicas de Cámara), siete en total -exceptuando aquí la Kleine Kammermusik para quinteto de viento-, dedicadas siempre, salvo la primera, a un instrumento solista con acompañamiento de  pequeña orquesta o grupo de cámara, según el caso. La que hoy nos ocupa, inspirada, como todas las demás, en los Conciertos de Brandenburgo de Bach, se inaugura con un breve monólogo del violonchelo solista que da pie aMI0002863053 un tutti instrumental desde el que se construye un movimiento solemne determinado por el pulso de la música y el carácter de los motivos y en el que se pone ya en evidencia la maestría de Hindemith en el tratamiento horizontal del discurso y su desarrollo armónico. El tratamiento contrapuntístico caracteriza el segundo movimiento, vivo y alegre. El papel del violonchelo solista adquirirá aquí un claro protagonimo que se perpetuará ya hasta el final de la obra. El tercer movimiento constituye el verdadero punto culminante de la obra, lugar en el que confluyen todas las fuerzas sugeridas en la partitura. Muy lento y calmado, la música evoluciona en un diálogo permanente entre la orquesta y el violonchelo solista que despliega, en su línea de canto, todo su potencial lírico definido por una gran contención expresiva. La obra acaba con un aire distendido de marcha, tan característico de ciertos rincones del estilo de Hindemith.  La Kammermusik nº 3 fue compuesta, al igual que el resto de las Kammermusiken, en la tercera década del pasado siglo en medio de la convulsa situación política y social de la República de Weimar. Como la mayor parte de las obras de Hindemith de esta época, esta obra es un claro ejemplo de la Gebrauchsmusik (Música Utilitaria), música estéticamente definida por su funcionalidad. Su estreno tuvo lugar en Bochum en 1925.

Erwin Schulhoff (1894-1942), compositor judío checo, altamente popular en su época, fue injustamente olvidado a Schulhoffraíz de su temprano fallecimiento en el campo de concentración de Wülzburg. A diferencia de otros compositores coetáneos de su área geográfica y cultural, Schulhoff exhibió una radical tendencia dadaísta que se manifestó en el empleo del jazz y, como él mismo diría en una carta a Alban Berg, de las músicas mundanas. Comunista consecuente y totalmente comprometido con sus ideales hasta el final de sus días, su música refleja un desparpajo y una ironía que lo alejan estéticamente del nihilismo, del expresionismo o de cualquier tentación de sublimación del arte. La Suite für Kammerochester de 1921, su primera obra de jazz escrita para orquesta, es un claro exponente de su pasión por la música popular y de su deseo de comunicación franca y directa con el público. Originalmente, la obra -compuesta de una sucesión de danzas modernas de la época- está escrita para una nutrida formación jazzistica, hábilmente reducida en la versión de Tarkmann que hoy interpretamos a siete instrumentos.

Discípulo de Schönberg, de quien acabaría alejándose, Hanns Eisler (1898-1962) recorrería el camino inverso de su maestro; desde el atonalismo y las técnicas dodecafónicas a la música de claro coEisler-Hanns-12ntenido tonal. Como Schulhoff, aunque en un sentido muy diferente, Eisler, comprometido con la clase obrera y simpatizante del KPD (Partido Comunista Alemán), se acercó paulatinamente a su manera a una especie de realismo socialista en el que no tenían cabida ni las experimentaciones sonoras ni las elucubraciones estéticas. Su colaboración a lo largo de toda su vida con Bertolt Brecht es testigo de esta tendencia. Las Cinco piezas para orquesta de 1938, adaptación de la música originalmente compuesta para la película The 400 Millions de Joris Ivens, escritas segú n la técnica serial son, sin embargo, una clara muestra de la manipulación de los procedimientos dodecafónicos en aras de conseguir una mayor comprensión de las propuestas musicales y su adaptabilidad a situaciones cercanas a lo representativo y concreto. Sus cinco movimientos son un claro exponente de la tendencia musical del Eisler de finales de los treinta del pasado siglo así como de su gran capacidad de imaginación temática y tímbrica.

Juan José Olives
Director artístico y titular de la OCAZEnigma
Febrero de 2018